NEW YORK
Exmo. Ayuntamiento de Guadix
Aún más fuerte que el motivo estético y artístico de este par de esculturas me pudiera activar a pintarlas fue el conocer la historia de la modelo que se sirvió su autor para realizarlas. Su devenir en la vida bien merecía pintar este par de cuadros y escribir este artículo.
Estas dos magníficas esculturas de granito blanco, y de 20 toneladas cada una, fueron obra de Daniel Chester French en 1909 como parte del conjunto arquitectónico que daba entrada al puente Manhattan en el lado del barrio de Brooklyn.
Es obligado mencionar que Daniel Chester French fue también el autor, años más tarde (1920), de la escultura de Abraham Lincoln en el Lincoln Memorial en Washington DC que todos conocemos.
Esmaltes sobre melamina - 80 x 120 cm.
“Miss Manhattan” se sienta altiva con su pie derecho encima de un cofre con dinero, o quizás joyas, en su mano derecha sostiene un orbe alado, un antiguo símbolo de autoridad, y a su lado un pavo real, la encarnación de la ostentación y el lujo. Las proas de tres barcos insinúan el estatus de Manhattan como un puerto importante y un centro de comercio internacional. Ella es toda dignidad, privilegio y arrogancia.
Esmaltes sobre melamina - 80 x 120 cm.
El comportamiento de “Miss Brooklyn” no podría ser más diferente. Su expresión es elegante, introspectiva y tranquila; está rodeada por la aguja de una iglesia (hasta el día de hoy, Brooklyn cuenta con más lugares de culto que cualquier otro distrito); una lira y un niño con un libro (una referencia al mecenazgo de la cultura y la educación del municipio). El libro en el regazo del niño es enorme. Debe ser una Biblia, otra referencia al impulso espiritual del municipio. Su cabeza está adornada con una corona de laurel. En sus manos sostiene una tablilla con la inscripción holandesa “Ein Drach Mackt Maght” (“En la unión está la fuerza”), un indicio de los orígenes holandeses de Brooklyn y de la bastante reciente consolidación de la ciudad de Nueva York en 1898.
Como nexo entre estas dos actitudes tan distintas aparece la mujer que sirvió de modelo para las dos esculturas fue la legendaria Audrey Marie Munson, nacida en Rochester, New York en junio de 1981, considerada la primera supermodelo de Estados Unidos. Posó para muchos escultores y fotógrafos famosos. Sólo para Daniel Chester French, posó doce veces.

Nuestra protagonista, se trasladó a New York con su madre siendo muy joven, enseguida fue descubierta por un afamado fotógrafo que la presentó a diversos artistas visuales del momento, pintores, ilustradores y fotógrafos, pero su trabajo fue predominantemente como modelo de escultores.
En 1915 fue elegida como modelo por Alexander Stirling Calder, director de escultura de la Exposición Internacional Panamá-Pacífico, resultado de aquello fue que su figura fue replicada en noventa de las esculturas que ornamentaban los edificios de la Exposición.

Aparte de este evento, Audrey sirvió de modelo para multitud de esculturas situadas en capiteles, fuentes, memoriales, monumentos, balconadas o cúpulas por todo el país, pero especialmente en New York.
Por todo ello enseguida fue conocida como “Miss Manhattan”, “La Venus de América” o la primer Top Model de la historia.

Su celebridad fue tal que también lanzó su carrera en la naciente industria cinematográfica y protagonizó cuatro películas mudas llegando a ser éxito de taquilla. Fue la segunda actriz estadounidense en aparecer desnuda en una película no pornográfica.
En 1919, Audrey Munson vivía con su madre en una pensión en Manhattan, propiedad del Dr. Walter Wilkins. Wilkins se enamoró de Munson y el 27 de febrero asesinó a su esposa, Julia, para poder estar disponible para casarse con Audrey. Munson y su madre abandonaron Nueva York y la policía los buscó para interrogarlos. Después de una búsqueda a nivel nacional, fueron localizadas. Se negaron a regresar a Nueva York, pero fueron interrogadas en Toronto, Canadá. El contenido de las declaraciones juradas que proporcionaron nunca ha sido revelado, pero Audrey Munson negó rotundamente que tuviera alguna relación romántica con el Dr. Wilkins y así quedó demostrado por las autoridades. Wilkins fue juzgado, declarado culpable y sentenciado a la silla eléctrica. Se ahorcó en su celda de la prisión antes de que se pudiera ejecutar la sentencia.

Es posible que el asesinato de Wilkins la marcara de manera emocional y que acelerara su final en la carrera de modelo. Su nombre ya había sido manchado tuvo que desaparecer de los focos. Pasó, según ella “de ser amada y admirada a ser odiada por el público”.
Ya retirada, y dependiendo económicamente de su madre, el 27 de mayo de 1922, Audrey intentó suicidarse ingiriendo una solución de bicloruro de mercurio.

El 8 de junio de 1931, la madre de Munson solicitó a un juez que la internara en un manicomio. El juez del condado de Oswego ordenó que Munson fuera admitida en un centro psiquiátrico para recibir tratamiento cuando cumpliera 40 años. Permaneció en el Hospital Estatal St. Lawrence para Locos en Ogdensburg, Nueva York, donde fue tratada por depresión y esquizofrenia durante 65 años, no recibió visitas en el asilo durante más de 25 años después de la muerte de su madre en 1958.

Audrey Munson murió el 20 de febrero de 1996, a la edad de 104 años. Fue enterrada en el cementerio de New Haven, Nueva York, en una tumba anónima. Finalmente, se instaló una lápida en su tumba el 8 de junio de 2016, 20 años después de su muerte. y en el que habría sido su 125 cumpleaños.

